lunes, 4 de mayo de 2015

TRANSFUSIÓN DE SANGRE


La transfusión de sangre es la transferencia de sangre o un componente sanguíneo de una persona (donante) a otra (receptor).1 Con los descubrimientos realizados acerca de la circulación de la sangre por William Harvey, se inició una investigación más sofisticada para las transfusiones de sangre en el siglo XVII, con experimentos acertados de transfusiones en animales. Sin embargo, las investigaciones sucesivas de transfusión entre animales y seres humanos no fueron tan exitosas (como cualquier técnica médica experimental que emerge) hasta que estas técnicas se refinaron y hoy en día salvan cientos de miles de vidas diariamente.




DONACIÓN DE SANGRE



Mediante la donación de sangre se pretende cubrir las necesidades de transfusión que necesitan las personas enfermas. La donación es realizada principalmente por voluntarios o familiares de los enfermos. Los países desarrollados suelen contar con un sistema que controla las donaciones a través de los bancos de sangre.
La sangre se extrae por medio de una punción en el brazo y se trata para impedir su coagulación, posteriormente la sangre se separa en sus componentes principales, plasma, plaquetas y glóbulos rojos.
La sangre de los donantes es posteriormente analizada, pasando un exhaustivo control que incluye numerosas pruebas para detectar los principales virus que puede contener la sangre, como: pruebas para la detección de anticuerpos irregulares, pruebas de serología infecciosa, pruebas para medir el nivel de transaminasas y prueba del NAT.


CONTRAINDICACIONES Y TIPOS DE SANGRE

Para realizar transfusiones, deben tomarse medidas para asegurar la compatibilidad de los grupos sanguíneos del donante y el receptor, para evitar reacciones hemolíticas potencialmente fatales. La tabla de compatibilidades e incompatibilidades de tipos de sangre es como se indica en la tabla de la derecha.
Sin embargo, no son el ABO y el Rh los únicos tipos de grupos sanguíneos existentes. Existen otros tipos de grupos sanguíneos menos conocidos por ser menos antigénicos que los anteriores y por lo tanto menos susceptibles de provocar reacciones de incompatibilidad. Por ello es imprescindible realizar pruebas cruzadas entre la sangre de donante y la del receptor, para descartar la existencia de anticuerpos en el receptor contra eritrocitos del donante. Antiguamente este análisis se hacía observando la reacción al microscopio y valorando con el mismo la aparición o no de aglutinación (incompatibilidad). En la actualidad el proceso está automatizado y ya no es imprescindible depender únicamente de la fiabilidad del observador al microscopio.

  
TRANSFUSIÓN E INFECCIÓN

Los países desarrollados someten cada unidad de sangre donada a pruebas de laboratorio para detectar la presencia de múltiples tipos de virus y bacterias como el VIH/SIDA, las hepatitis B y C o la sífilis. Así, al realizar una transfusión sanguínea en los EEUU, la American Medical Association dijo en 2004 que la probabilidad de que una unidad de sangre sea portadora de virus o bacterias es inferior a una entre 1,9 millones en el caso del VIH e inferior a una entre un millón en el caso de la hepatitis C.3 En contraste, en 2008, la Organización Mundial de la Salud reveló que en 31 países en desarrollo y con economías en transición no se realizaban, en todas las unidades de sangre donada, pruebas para detectar la presencia de virus o bacterias responsables de enfermedades infecciosas.



TRATAMIENTO CON TRANSFUSIONES DE SANGRE




La anemia de Diamond-Blackfan (ADB) hace que la médula ósea (el centro de los huesos, donde se producen los glóbulos sanguíneos) no produzca suficientes glóbulos rojos. Una proteína especial de los glóbulos rojos, llamada hemoglobina, transporta el oxígeno a todos los órganos del cuerpo. Cuando el número de glóbulos rojos es bajo, puede ser que los órganos del cuerpo no reciban todo el oxígeno que necesitan. Las transfusiones de sangre son una manera de aumentar la cantidad de glóbulos rojos. Una transfusión quiere decir extraer la sangre de una persona sana para dársela a otra. Algunas personas solo necesitan transfusiones de vez en cuando, cuando los niveles de hemoglobina son demasiado bajos; otras las necesitan frecuentemente, durante periodos prolongados. Esto último se llama tratamiento con transfusiones de sangre.
En este tipo de tratamiento, la sangre se administra a través de una vena o de un dispositivo intravenoso (IV) permanente. Las transfusiones de sangre normalmente se realizan cada 4 a 6 semanas en un centro de tratamientos, hospital o centro ambulatorio de transfusiones.
Las siguientes son algunas de las razones por las que una persona con ADB puede necesitar transfusiones de sangre programadas con regularidad:
Otros tratamientos (como con corticoesteroides) no han tenido buenos resultados. El paciente no tolera los efectos secundarios de otros tratamientos. La anemia es muy grave u origina complicaciones



BENEFICIOS

Después de una transfusión de sangre, muchas personas se sienten mejor, tienen más energía y pueden participar en más actividades. El crecimiento de los niños puede mejorar más cuando reciben tratamiento con transfusiones de sangre que con otros tratamientos.

EFECTOS SECUNDARIOS Y RIESGOS



Los efectos secundarios negativos del tratamiento con transfusiones de sangre son poco comunes, pero pueden incluir reacciones a la transfusión de sangre, infecciones, desarrollo de anticuerpos para los glóbulos rojos y sobrecarga de hierro en diferentes órganos del cuerpo.

REACCIONES A LA TRANSFUSIÓN DE SANGRE



Las reacciones a la transfusión de sangre son un problema causado por recibir sangre. El problema más común son las reacciones alérgicas, y pueden causar comezón, urticaria, sarpullido y en raras ocasiones pueden asociarse a hinchazón, tos, sibilancias y dificultad para respirar. Si se presentan estas reacciones, el médico le recomendará tomar medicamentos antes de cada transfusión.
Otros problemas potencialmente serios pueden presentarse hasta 10 días después de la transfusión. Llame al médico si ocurre lo siguiente: fiebre, sarpullido, dolor de espalda, orina de color oscuro, piel pálida o de color amarillento (ictericia). Estos síntomas pueden indicar hemólisis, una forma de rápida descomposición de la sangre donada en el cuerpo, llamada "reacción demorada a la transfusión".

ANTICUERPOS PARA GLÓBULOS BLANCOS


Una preocupación común relacionada con el tratamiento con transfusiones de sangre es el riesgo de contagiarse de una infección debido a la transfusión. Los bancos de sangre hacen todo lo posible para asegurarse de que la sangre almacenada sea segura, y no aceptan sangre de quienes no cumplen con los requisitos correspondientes para donantes de sangre saludable.
Además, la sangre es analizada minuciosamente para detectar todos los virus y bacterias que actualmente se sabe pueden transmitirse entre las personas a través de la sangre. Las vacunaciones también previenen ciertas infecciones como las hepatitis A y B.
Es importante recordar que en los Estados Unidos la sangre almacenada es muy segura y, por lo tanto, la transmisión de infecciones por transfusión es extremadamente rara.

ANTICUERPOS PARA GLÓBULOS ROJOS



Todos heredamos ciertos rasgos específicos en los glóbulos rojos, de la misma manera que heredamos nuestro color de ojos y de cabello. Si una persona recibe glóbulos sanguíneos de rasgos incompatibles con los propios, el organismo puede llegar a rechazar los glóbulos sanguíneos y producir un "anticuerpo" contra los mismos. Este anticuerpo destruiría toda la sangre que la persona reciba en el futuro que contenga el mismo rasgo genético.
Los anticuerpos para los glóbulos rojos también pueden causar una reacción a la transfusión y dificultar la tarea del banco de sangre de encontrar sangre que pueda ser usada. Para prevenir que se formen estos anticuerpos, el banco de sangre identifica los rasgos especiales de los glóbulos rojos de la persona que recibirá la sangre y luego encuentra donantes de alta compatibilidad.

SOBRECARGA DE HIERRO



La sobrecarga de hierro ocurre debido a la realización de transfusiones de sangre frecuentes. Todos los glóbulos rojos contienen hierro. El cuerpo usa tanto hierro como necesita, pero no puede eliminar el hierro que no necesita. El hierro extra que se recibe con cada transfusión de sangre se almacena en órganos como el corazón, el hígado, el páncreas y las glándulas endócrinas. Si no es tratado, el hierro continuaría acumulándose y finalmente causaría daños a estos órganos. Cuando una persona recibe tratamiento con transfusiones de sangre, se vigilan con mucho cuidado su crecimiento y desarrollo, los niveles de hierro, los niveles hormonales y el funcionamiento de los órganos del cuerpo para prevenir daños de gravedad. Puede ser que el médico recomiende consultar a ciertos especialistas para controlar los posibles daños. Las personas que reciben tratamiento con transfusiones de sangre no deben tomar vitaminas o suplementos nutricionales que contengan hierro, porque esto también puede aumentar la cantidad de hierro almacenada en el cuerpo. Puede ser necesario tomar ciertos medicamentos, llamados medicamentos de quelación, para eliminar el exceso de hierro del cuerpo.